domingo, 12 de diciembre de 2010

El burro que cayó al pozo

La fuente

He extraído este cuento del este blog.

La historia

Había una vez un granjero que tenía un burro llamado Perico. Este burro era de los más fuertes e inteligenes que tenía, y por ello era el burro a quien más preciaba.

Un día, desafortunadamente, el burro cayó a un pozo que el granjero y su mujer habían construido no hacía mucho tiempo.

Tras pensar un buen rato cómo podría sacar al burro del pozo, ni su mujer ni el granjero dieron con la solución. Así pues, pensaron que lo mejor que podían hacer era enterrarlo y darle una muerte rápida, para que no sufriese.

 

De este modo, tanto la mujer como el granjero comenzaron a echar arena en el pozo, y con el burro en su interior.

Tras un buen rato echando tierra, la pareja de granjeros se sorprendieron al ver cómo, por cada montón de arena que echaban sobre el burro, el animal se sacudía la tierra y avanzaba hacia arriba.

Contemplando la escena con escepticismo, tanto la mujer como el hombre comenzaron a echar arena sobre el asno con mayor fuerza y velocidad... pero esta vez no con pena, sino con la alegría de saber que habían logrado, por casualidad, hallar la forma de hacer salir al burro del interior del pozo.

Y, efectivamente, así ocurrió: Perico continuó hasta el último momento, hasta que salió del pozo, sacudiéndose la tierra y avanzando un paso hacia arriba, dejando bajo sus fuertes patas toda la arena que la pareja de granjeros había echado sobre él.

Comentario

En numerosas ocasiones, la vida nos pone obstáculos y "nos tira arena encima". Pero no debemos quedarnos quietos, preocupados por el problema. Hay que moverse, "dar un paso hacia arriba", aprender... y salir del pozo. Y es que, a veces, nuestro enemigo no son los demás... sino nosotros mismos. A mí esta escena me recuerda a la canción de Mecano "Mujer contra mujer" cuando dice "Que con mis piedras hacen ellas su pared".

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