lunes, 21 de febrero de 2011

El rey y los sabios

La fuente

Paseando por blogs de internet (saltando de blog en blog, en lugar de de flor en flor), he encontrado el blog La página de la chica de las flores. Y buceando desde el comienzo, he encontrado esta historia, que me ha parecido curiosa.

La historia

Dicen que había una vez un rey que quería pasar a la historia por haber acercado a todos la posibilidad de iluminarse.

Decidió entonces invitar a su palacio a los más importantes sabios, científicos y místicos del mundo. Cuan do todos estuvieron allí, les pidió que trabajaran juntos para escribir en un libro todo lo que sabían del mundo y que ellos consideraran fundamental para transmitirlo a las futuras generaciones. Les pidió especialmente que descartaran todo lo nimio y conservaran sólo lo más importante.

Durante meses, los sabios trabajaron incansablemente, hasta que, casi al año de aquella primera reunión, buscaron al rey para entregarle la obra solicitada.

Era una colección de 140 tomos de 500 páginas cada uno, donde figuraba —según los sabios— todo lo que era importante saber en el mundo.

El rey dijo: -No, no. Esta colección es muy importante, pero no se puede trasladar. Es demasiado extensa. Nadie llegaría a leerlo todo. Necesitamos abreviar. Por favor, sigan trabajando; saquen de estos conceptos los menos importantes y dejen sólo los principales.

Un año más les llevó a los notables resumir y achicar lo escrito. Le presentaron entonces al rey un solo volumen de 2,000 páginas y críptico lenguaje.

-No —dijo el rey otra vez—; la sabiduría tiene que quedar al alcance de cualquiera, no sólo de los iniciados. Por favor, trabajen todavía un poco más; saquen lo superfluo, resuman lo escrito, simplifiquen y aúnen las ideas.


Dos años tuvo aún que esperar el rey para obtener su resultado. Un día, los notables lo citaron. Estaban todos con cara de satisfechos.

-Aquí está —dijo el más anciano—; éste es el resumen de todo lo que es imprescindible saber. Y le entregaron al rey sólo una hoja de papel. En ella había una sola frase:

“No hay alimento gratis."




Comentarios

No se me ocurren muchos comentarios. Sólo decir que esa frase es una gran verdad, siempre lo ha sido y supongo que lo seguirá siendo.
 

jueves, 17 de febrero de 2011

La hormiga productiva y feliz

La fuente

Esta historia está sacada del libro "Cuentos para pensar", Editorial CSS. Yo no lo tengo, pero escribí esta misma historia en mi otro blog y la persona de donde saqué esto fue tan amable de decirme de dónde salió la historia.

La historia

Todos los días, muy temprano llegaba a su empresa la HORMIGUITA productiva y feliz. Allí pasaba sus días, trabajando y tarareando una antigua canción de amor. Ella era productiva y feliz, pero ¡ay!, no era supervisada.

El ABEJORRO gerente general consideró que ello no era posible, así que se creó el puesto de supervisor, para el cual contrataron a un ESCARABAJO con mucha experiencia. La primera preocupación del ESCARABAJO supervisor fue organizar la hora de llegada y de salida y también preparó hermosos informes. Pronto fue necesario contar con una secretaria para que ayudara a preparar los informes, así que contrataron una ARAÑITA que organizó los archivos y se encargó del teléfono. Mientras tanto la hormiga productiva y feliz trabajaba y trabajaba.

El ABEJORRO gerente general estaba encantado con los informes del ESCARABAJO supervisor, así que pidió cuadros comparativos y gráficos, indicadores de gestión y análisis de tendencias. Entonces fue necesario contratar una CUCARACHA ayudante para el supervisor y fue indispensable un nuevo ordenador con impresora a color. Pronto la hormiga productiva y feliz dejó de tararear sus melodías y comenzó a quejarse de todo el papeleo que había que hacer ahora.

El ABEJORRO gerente general, entonces, consideró que era momento de adoptar medidas. Así crearon el cargo de gerente del área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz. El cargo fue para una CIGARRA que alfombró su oficina e hizo adquirir un sillón especial. El nuevo gerente del área -claro está- necesitó un nuevo ordenador y - cuando se tiene más de un ordenador- hay que tener una red local. El nuevo gerente pronto necesitó un asistente (que había sido su ayudante en la empresa anterior), para que le ayudara a preparar el plan estratégico y el presupuesto para el área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz.

La HORMIGA ya no tarareaba sus viejas melodías y cada vez se le notaba más irascible. "Vamos a tener que contratar un estudio de clima laboral un día de estos" dijo la CIGARRA. Pero un día el gerente general, al revisar las cifras, se dio cuenta que la unidad de negocios (donde trabajaba la hormiga productiva y feliz) ya no era tan rentable como antes. Así que contrató al BÚHO, prestigioso consultor, para que hiciera un diagnóstico. El BÚHO estuvo tres meses en la empresa y pronto emitió un sesudo informe: "Hay demasiada gente en este departamento...".

Así el gerente general siguió el consejo del consultor y... despidió a la hormiga productiva y feliz.
Moraleja

No se te ocurra por nada del mundo ser una hormiga productiva y feliz. Es preferible ser un inútil e incompetente. Los incompetentes no necesitan supervisores, para qué, todo el mundo lo sabe. Si a pesar de todo eres productivo, no demuestres por nada del mundo que eres feliz. No te lo perdonarán. Invéntate de vez en cuando alguna desgracia, eso genera lástima. Pero si a pesar de todo lo anterior te empeñas en ser una HORMIGA PRODUCTIVA Y FELIZ, instala tu propia empresa, por lo menos que no vivan a tu costa abejorros, escarabajos, arañitas, cucarachas, cigarras y búhos de este mundo.