Esta historia me llegó por internet. Es de esos típicos mensajes que te llegan a través de amigos, por lo que desconozco su verdadera fuente.
La historia
Debemos situarnos en un país de gran pobreza donde los adultos deben trabajar muchísimas horas para ganar cuatro euros mal pagados.
En el colegio, un día, el profesor decidió hablar de la comunicación con sus alumnos. Por ello, les preguntó cómo era la comunicación con su padre (no con su madre). Uno a uno fueron contestando:
Uno contaba que todas las noches, charlaba un ratito con su padre. Otro, que su padre venía muy cansado de trabajar y no encontraba muchos momentos para hablar con él. Otro que su padre tenía la desgracia de no tener trabajo y que tenía tiempo para él, pero que como su padre se sentía desgraciado, las conversaciones no valían la pena... Y así todos fueron contando su experiencia, unos buena, otros mala.
Cuando le tocó al último, contó un relato lleno de esperanza: Su padre trabajaba muchas horas para mantenerlos a todos. Tantas horas hacía, que se iba de casa cuando él aún no se había levantado, y regresaba cuando él ya dormía. De modo que era muy difícil verse. Pero ese padre un día le había dicho a su hijo:
Todas las noches, cuando yo llegue a casa, subiré a verte a la habitación, te arroparé, te daré un besito de buenas noches, y doblaré una esquina de la colcha. Así, tú, por la mañana, cuando veas la esquinita doblada, sabrás que yo he estado aquí.
Y el niño contaba, entusiasmado, cómo cada mañana, al despertarse, lo primero que hacía era mirar la esquinita de la colcha, a ver si estaba doblada. Y cuando veía que era así, se sentía muy reconfortado y feliz, sabiendo que su padre había estado allí por la noche.
El profesor se quedó realmente maravillado de cómo ese padre había encontrado la manera de comunicarse con su hijo a pesar de lo difícil de la situación.
Comentario
Querer es poder.
Lo ideal, pienso, sería una estructura social que deje de dar tanta excesiva importancia a la consecución de dinero, y que coja más importancia la unidad familiar.
ResponderEliminarSería bonito un sistema que permitiese estar más tiempo con la familia, los/as amigos/as, hacer lo que a uno/a le gusta, etc.
Y, sobretodo, que dejen de mentir tanto con que a los bebés sólo les gusta estar con su madre, y decir la verdad: que a éstos les gusta estar con cualquier ser humano que les ame, les cuide y les enseñe.
Pero en la sociedad sólo se enseña a cuidar a las niñas; y a los niños se les enseña a pisotear y a no sentir (de hecho, según dicen, a los hijos se les abraza y se les da menos amor que a las hijas, por esta falsa creencia).
¡Más baja por paternidad!, quiero yo. Que yo no tengo por qué mendigar a mi pareja para poder estar en un futuro con mi hijo/a.
Saludos.
¡Feliz Navidad!
Y si a la niña no la han enseñado a cuidar bebés, pues así nos va!!!!! Atontaos perdidos los 2 estábamos con nuestro primer bebé!!!!
ResponderEliminarEn definitiva, tienes toda la razón del mundo y parte del extranjero.
Bueno, yo sí pienso que algo más si desean a su madre, es lo que conocen, el latido de su corazón. A ver, si aparece una extraña, por supervivencia se agarrarán a ella, pero por poner otro ejemplo: Si tenemos un accidente, pues entre nuestros seres queridos nos dejamos más "ir", no sé cómo decirlo, que somos más nosotros mismos, que nos olvidaremos más de las convenciones sociales. Ante un desconocido también sobreviviremos y agradeceremos su ayuda y le mandaremos una botella de vino por salvarnos la vida, pero creo que estaremos como más "estirados" (lo siento, a estass horas se me van las palabras, y son palabras obvias, qué rabia me da).
Eso sí, me uno a la petición de más baja paternal, porque muchos la merecen de verdad y tanto su mujer como su hijo se verán beneficiados.