He encontrado esta historia al buscar una imagen de Eva con el árbol de la sabiduría, en el blog: http://cosasdereli.blogspot.com.es/. Sea cierta o no esta historia, creo que merece la pena ser contada.
La historia
Hace algunos años, en las olimpíadas para personas con discapacidad de
Seattle, también llamadas Olimpíadas especiales, nueve participantes,
todos con deficiencia mental, se alinearon para la salida de la carrera
de los cien metros planos. A la señal, todos partieron, no exactamente
disparados, pero con deseos de dar lo mejor de sí, terminar la carrera y
ganar el premio.
Todos, excepto un muchacho, que tropezó en el suelo,
cayó y rodando comenzó a llorar...
Los otros ocho escucharon el llanto,
disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Vieron al muchacho en el
suelo, se detuvieron y regresaron... ¡Todos!
Una de las muchachas, con
síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso y le dijo: "Listo, ahora
vas a ganar".
Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y
caminaron juntos hasta la línea de llegada. El estadio entero se puso de
pie y en ese momento no había un solo par de ojos secos. Los aplausos
duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquél día, repiten
y repiten esa historia hasta hoy.