sábado, 2 de julio de 2011

El saco de la vida

La fuente

En realidad esta historia la he leído varias veces ya, es de esas que te envían tus amigos por internet (en horas de ¿trabajo? ummmm). Así que es bastante probable que ya la hayáis leído, en diferentes versiones incluso, pero lo importante es la esencia. Yo la contaré tal como la recuerdo ahora.

La historia


Un profesor de filosofía (Jorge Bucay) decide dar una clase especial a sus alumnos. Les entrega a todos una bolsa vacía, unas cuantas piedras grandes, un poco de gravilla y un montoncito de arena. Les dice que hagan lo siguiente:

- Alumnos, vamos a rellenar este saco con el material que os he entregado. Tenéis que hacerlo de la siguiente manera:
  • Primero meted las piedras grandes
  • A continuación meted la gravilla, moved un poco el saco para que se cuele entre las piedras grandes.
  • Y por último meted la arena, volved a remover el saco y así la arena se podrá ir colando por todos los huecos.

Los alumnos lo hicieron así, y se dieron cuenta de que todo cabía perfectamente, e incluso sobraba espacio para algo más.

Entonces, el maestro les volvió a entregar un kit de material igual que el anterior, y les pidió que hicieran lo siguiente:
- Alumnos, vamos a rellenar el saco, pero vamos a cambiar el orden. Quiero que hagáis lo siguiente:
  • Meted toda la arena en el saco.
  • A continuación, encima poneís la gravilla.
  • Y finalmente añadís las piedras grandes.
Los alumnos lo fueron haciendo, pero pronto se dieron cuenta de algo: La arena ocupaba más de la mitad del saco, así que la gravilla tenía que ir encima, y luego las piedras grandes casi no cabían, a todos se les quedaron unas cuantas fuera. Así se lo explicaron al maestro. Este les respondió:

- La bolsa vacía es nuestra vida. Las piedras grandes son las cosas más importantes de la vida: la familia, los hijos, los amigos. La gravilla son cosas importantes, pero menos que lo anterior: tener vivienda, tener comida, salud. Y la arena es lo menos importante: qué marca de coche tienes, adónde te vas de vacaciones, el móvil de última generación, etc. Si llenamos nuestra vida empezando por lo importante, y luego dando paso a lo superficial, hay sitio para todo, e incluso sobra espacio para más vivencias. Pero si dejamos que las cosas menos importantes llenen nuestra vida, no quedará sitio en ella para lo que realmente importa.

Al dar la explicación de la moraleja, un alumno se levantó y preguntó si él podía ampliar algo más.

Jorge aceptó, y el alumno se levantó, sacó una cerveza de la mochila, se acercó al cubo donde Jorge había introducido las piedras, la gravilla y la arena, e vació en el cubo la lata de cerveza.

Conclusión que dio el alumno: además de todo eso, Jorge, siempre queda un hueco para tomarse una cervecita con los amigos.