La fuente
Esta historia también está extraída en la colección "Los Puntitos Rojos y otros 30 cuentos" que mencioné en la primera historia. Estas 2 historias son las únicas que recuerdo de aquella colección, que, como ya dije, se fue a la basura. En serio, si alguien tiene estos libros, tiene un tesoro, no los tiréis, por Dios.
La historia
2 hombres que no tenían nada caminaban por caminos diferentes hasta que un día se cruzaron. Cuando vieron que ambos no tenían ni casa, ni familia, ni trabajo,... nada, en fin, decidieron que al menos podían tenerse el uno al otro y caminar juntos. Así que deambulaban de aquí para allá, comían lo que encontraban en el bosque, dormían al raso,...
Un día, uno de ellos vio algo extraño entre los matorrales. Decidió acercarse a investigar, y los ojos casi se le salieron de las órbitas cuando descubrió que era un pequeño cofre lleno de oro! Ya nunca más sería pobre, ya nunca más pasaría hambre, ni frío.
Su compañero, viéndolo desde el camino, exclamó: "¡Qué suerte hemos tenido amigo! ¡Mira lo que hemos encontrado!"
El otro le respondíó: "Querrás decir qué suerte he tenido. El tesoro lo he encontrado yo, y por lo tanto es mío."
Aunque algo molesto con quien creía su amigo, el hombre que no tenía nada siguió camino junto al otro hombre. Ambos siguieron caminando y caminando, aunque uno de los 2 iba cargando con un tesoro.
No habían caminado mucho cuando de repente, salieron 2 hombres de detrás de los árboles. Iban armados y parecían bastante agresivos. Gritaron: "¡Alto ahí! ¡Dadnos todo lo que tengáis de valor!"
El hombre que llevaba el oro exclamó, mirando a su compañero: "¡Ay amigo! Qué desgracia hemos tenido. Ahora estos hombres nos robarán todo el oro."
Y el otro le respondió, sin inmutarse: "Querrás decir qué desgracia has tenido. Yo no llevo nada de valor, a mí no podrán quitarme nada."
Y así se quedaron, de nuevo los 2 sin nada. El que había llevado el oro aprendió que hay cosas más importantes en la vida que el dinero, y que hubiera sido más bonito compartirlo con su amigo.